El entorno laboral muchas veces se vuelve hostil por la combinación de muchos factores externos e internos. El estrés, la creencia de que somos capaces de hacerlo todo a la vez y la tentación de echar la culpa al compañero para librarnos de una situación comprometida pueden convertir una empresa en un campo de batalla. Al margen de las normas básicas de la ética profesional , la convivencia y el compañerismo, que todos deberíamos sabernos de memoria para poder convivir en cualquier entorno, desde Activa Canarias ofrecemos cuatro consejos sobre conductas de las que debemos huir nosotros mismos para que nuestro desempeño laboral sea el mejor posible:
Las cosas que nunca debes hacer en el trabajo
– Echar la culpa a otros: Aunque a veces terceras personas entorpecen nuestro trabajo, no podemos pasarnos la vida culpándoles de lo que nos pasa. Al contrario, debemos intentar dar la vuelta a la situación lo antes posible para que no se convierta en un contratiempo. En el caso de que la culpa sea nuestra y, aún así, echemos la culpa a otro compañero para justificarnos, no lograremos más que dar una imagen agresiva o infantil.
– Poner parches en lugar de soluciones reales: Un «parche» es una solución provisional que, a pesar de que no es la adecuada, nos sirve para salir de una situación en un momento determinado. En el trabajo y en la vida, estos parches deben sustituirse cuanto antes por soluciones a medio y largo plazo que nos enseñen a afrontar con mayor éxito las situaciones cuando se repitan. Si dejamos que los parches se acumulen, al final tendremos un entorno laboral lleno de problemas que no se han resuelto correctamente y que pueden «explotar» en cualquier momento.
– Dejar las tareas para luego: Hay tareas y tareas. Lo mejor es que las agrupemos por importantes, rutinarias y urgentes. Una vez hayamos hecho la clasificación, debemos actuar en consecuencia. ¿Mirar el correo electrónico? Sólo a primera hora de la mañana, en medio de la jornada y al final. ¿Una tarea urgente? Ponte a ello enseguida. ¿Trabajo rutinario? Cuádralo en tu semana o en una hora del día que te sea cómoda. Un organizador semanal o agenda son tus aliados ideales para cumplir con todo lo que tienes que hacer y ordenarlo en el tiempo de la manera más eficiente.
Y recuerda: si todo es urgente, nada lo es. Prioriza en las tareas que realmente son importantes según un criterio lógico y no dejes que te pidan todo «para ayer».
– Actuar por impulso: Tal y como apuntábamos en un artículo anterior, la inteligencia emocional es una pieza fundamental en nuestro trabajo. Si sabemos utilizarla pasaremos de ser reactivos y actuar por impulso a ser proactivos y crear situaciones favorables en cualquier circunstancia en el entorno laboral. Debemos ser capaces de tomar decisiones rápidas cuando se requiera, pero siempre tomándonos un tiempo para valorar si la decisión es o no correcta.
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